Viernes, 1 de Abril.
Hay que empezar a pensar
como profesores y quitarnos la idea de alumno. A los profesores no les gusta
evaluar y, sobretodo, no le gusta que le evalúen.
En el anterior siglo se intentó
buscar un método más objetivo para realizar la evaluación. La evaluación viene
dada por número porque fueron los matemáticos los encargados de realizar esta
nueva evaluación.
El mayor de los problemas es
que no se valora todos los aspectos, es decir, en un examen sacas un 5 y otro
día sacas un 9.
Cuando uno sabe que va a ser
evaluado muestro mucho más interés que si sabe que no le van a evaluar. La
actitud es distinta.
Hay que diferenciar entre
evaluación y calificación. La evaluación es una valoración de los hechos y la
calificación es una nota final.
Lo más importante en una
unidad didáctica son los objetivos, por consiguiente, tendremos que observar
que se cumplen dichos objetivos. Estos objetivos tienen que ser muy precisos y
escasos.
Se suele hacer una
evaluación continuada donde al final se suman todas las notas y se realiza la
media.
La evaluación formativa es
donde se evalúa el proceso de aprendizaje más que el conocimiento final, en los
métodos actuales se mezclan lo cuantitativo con lo cualitativo. Lo malo de esto
es que cada niño tiene distinto ritmo de aprendizaje.
Tipos de evaluación:
1.
Interna,
la que hace el profesor dentro del aula.
2.
Autoevaluación,
se valora la autosuficiencia.
3.
Externa,
un profesor distinto viene a realizar los exámenes. Únicamente se valora si ha
aprendido los contenidos.
4.
Pares,
evaluación que se hace entre nosotros.
5.
Clases
paralelas, se intercambian los exámenes con la otra clase para evaluarlos.
Tipos de pruebas:
1.
Informales,
se realizan a diario.
2.
Formales,
los exámenes parciales.
3.
Observación
en el aula.
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